4 de octubre de 2017

CLARINES REPUBLICANOS






Anoche Felipe de Borbón dejó medianamente claro que para él todos los españoles no son iguales. Como tantos otros no se ha enterado aún de lo que está pasando en Cataluña. Resulta sorprendente que el jefe del Estado ni siquiera hiciera mención clara a que lo que sucedió el pasado día uno, y lo que sucedió fue simple y llanamente una consulta a los ciudadanos de Cataluña, una votación, no una declaración de independencia, ésta en todo caso se derivaría del resultado de las votaciones. Unas votaciones que, de haberse celebrado de acuerdo con la aprobación del Estado, con toda seguridad habrían certificado el deseo de permanecer en España de la mayoría de los catalanes. Pero no, el todavía rey solo habla de independencia y ello sin que aún sepamos a ciencia cierta si ésta va ha ser declarada o no.

Ni una sola palabra de crítica a la represión policial. Ni una sola palabra de apoyo a los heridos. Solo apoyo a las directrices tomadas por el gobierno más corrupto e inútil de los que han existido en España desde 1977 y hoy representado por un partido politico fundado por ex-ministros y altos cargos de la dictadura franquista. Dime con quién andas y te diré quien eres.

Un discurso lógico viniendo de un rey cuyo trono y corona de ninguna de las maneras tienen su origen y justificación en principios democráticos, a no ser que alguien considere que las leyes fundamentales franquistas, y más concretamente la de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), tienen algo que ver con la democracia. Una ley materializada en la figura de Juan Carlos de Borbón por las Cortes franquistas, a propuesta del dictador, en el mes de julio de 1969.  Llegados a este punto me niego en redondo a alusiones a la CE-78 en lo relativo con la Corona, ya que considero una "trampa" su inclusión en la Constitución sin un referendum previo, consulta que no se celebró, según el propio Adolfo Suarez, por la sencilla razón de que sabían que los españoles se decantarían mayoritariamente por una República, una pena, eso si habría dado lugar a una autentica transición desde la dictadura a un estado netamente democrático.

El rey, con su apoyo y orden al Gobierno de aplacar sin miramientos al independentismo catalán, no solo se ha extralimitado en sus exiguas funciones. Ha dado una orden y  así lo afirma hoy Iñaki Gabilondo:
"El rey aseguró que las autoridades del Estado restablecerán el orden constitucional, una afirmación que no era ni un pronóstico, ni la expresión de un deseo, era de hecho una orden a esas autoridades del Estado". 
Los clarines de la Zarzuela entonaron un estridente " A por ellos", al igual que en las plazas de toros suenan alto para dar paso al tercio que permita acabar con la vida de un animal indefenso.

Todos sabemos, o deberiamos saber, que todos los actos del rey, incluida la soflama nacionalista de ayer, han de ser refrendados por el Gobierno, (Art. 64 de la CE-78). Ayer asistimos a un doble refrendo, por un lado la autorización del Gobierno al texto del discurso, y por el otro el refrendo de la Corona a la sinrazón y al despotismo hereditario del Partido Popular.

De una vez por todas la verdadera democracia debe ser reinstaurada en España y ello solo será posible mediante la unión de las fuerzas republicanas. Suenen pues muy alto los clarines republicanos como toque de llamada para convocar a los leales y trazar la hoja de ruta que nos libre de la forma de Estado que padecemos hoy y desde 1975. Tomen nota todos aquellos responsables de asociaciones y grupos republicanos, no fallen ahora, no sea que este remedo de 23F que la monarquía ha creado sirva para su perpetuación.

A mi modo de ver, y el de muchos españoles, ayer el rey se jugó la corona, hagamos que la pierda.


Salud y República



Benito Sacaluga







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