30 de octubre de 2016

EL PARTO MARIANO



El presidente del Gobierno de España
El alumbramiento se ha retrasado, ya estaba fuera de cuentas, y ante la imposibilidad de un parto natural ha sido necesario provocarlo y además utilizar forceps para vencer la complicaciones  que presentaba. Finalmente la criatura ha visto la luz y tal y como estaba previsto nos ha sumido a todos en la oscuridad. El engendro es de tal calibre que ha provocado el colapso entre aquellos que le ayudaron a renacer. Nada más incorporarse, erguido y desafiante, nos ha dejado claro a todos que él está aquí para salvar el imperio sin importar el número de bajas.

Lo importante es España, eso proclaman al unisono Rajoy y Hernando, y los que la mantenemos nada podemos desear, ni siquiera la supervivencia de nuestras ideas, menos aún de nuestros ideales. Sus tercios propios y amigos no eran suficientes y Rajoy ha solucionado el problema tal y como lo hizo Ramses II. El faraón inventó a los mercenarios y los compensaba permitiendoles hacer suyo el botín, el saqueo de las arcas del vencido, se desconoce, por el momento, el pago que Mariano ha comprometido con sus mercenarios, se desconoce pero es fácil de adivinar. Claro que también es posible que el PSOE se quede con dos palmos de narices y sin recompensa, Mariano puede hacerse un Marco Pompilio y decirle a los dirigentes socialistas eso de "Roma no paga traidores", tal y como el romano hizo con los asesinos de Viriato. De momento el PSOE ya anda como pollo sin cabeza y sus generales, presos del remordimiento, buscando un árbol de donde colgar la soga que los redima.

La militancia, las bases, esos que son socialistas por convicción y el exclusivo orgullo de serlo, se reparten entre los que bajan la cabeza impotentes y avergonzados y los que han desabrochado su camisa y ya cavan trincheras. Unos y otros deben exigir, de forma contundente, la celebración de un Congreso para que  a través de él se elimine la paja del trigo, una operación que necesariamente debe pasar por la expulsión de los caciques, de los que para salvar poder y escaños, temblando de miedo ante la posibilidad de unas nuevas elecciones, han decapitado al líder y entregado el poder a una derecha política inspirada en el absolutismo, la misma a la que el 67 % de los votantes le han obsequiado con un sonoro NO en las últimas elecciones, la misma que lleva diez años protagonizando las portadas de los periódicos en atención a su ya inconmensurable corrupción.

Las cosas están así, poco o nada ha tardado Mariano en desenvainar su sable. Los voceros de Mariano ya maquillan la realidad y proclaman en los medios que Rajoy ha sido investido con el voto de 18 millones de españoles, esta manipulada observación se utilizará sin cesar. Ante las exigencias  del PSOE Mariano hará lo mismo que Franco con las del coronel Casado y su valedor, Besteiro, una vez conseguida la división y la multicefalia en el liderazgo socialista las ignorará y ordenará la ofensiva final. Eso es lo que nos espera y lo tenemos garantizado.

Lo malo de todo esto es que la única solución posible es imposible. Una solución que necesariamente pasa por una refundación exprés del PSOE y la unidad de la izquierda política. Ambas premisas ya por separado son harto imposibles, juntas aún más. Paradojas españolas, contradicciones tan inaceptables como históricas.

Ahora que es temporada baja bien podrían las izquierdas aprovechar y reunirse en San Sebastian. El PSOE no asistió a la reunión que se celebró en 1930, maldita equidistancia, aunque luego se sumó a los acuerdos, unos acuerdos que pusieron fin a la monarquía, hoy, por el momento, me conformo con que se ponga fin a Mariano y a los suyos, lo otro vendrá después.


Benito Sacaluga












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