19 de marzo de 2015

LOS TRES DE LA CRUZ ROJA



Eso de hacerse pasar por desinteresados prohombres que dicen practicar la caridad y la ayuda humanitaria, con el solo fin de forrarse, o en el mejor de los casos conseguir algún beneficio, es tan antiguo como el ser humano, o por lo menos desde que Pablo escribió su 2ª carta a los Corintios. El todopoderoso Ministerio de Hacienda acaba de inscribir al Partido Popular en la Hermandad de la Virgen de la Caridad, y por tanto, como al resto de devociones "Marianas", le exime de pagar impuestos por la pasta que sus fieles le dan en limosna. Me viene ahora a la memoria esa película española de los años 60 en la que tres espabilados se apuntan a la Cruz Roja para poder entrar gratis total en los campos de fútbol. Si seguimos así pronto veremos como los partidos políticos reciben el mismo trato que la Iglesia Católica en lo que a cotizar impuestos se refiere. Al fin y al cabo todos, casi todos los partidos y el clero, persiguen el mismo fin, captarnos para después dominarnos. 

Ahora que los imputados serán calificados como investigados, estamos a un paso de que los corruptos solo sean recaudadores irregulares, mientras tanto nuestras declaraciones a Hacienda pasarán a convertirse en confesiones, eso si, sin estar amparadas por ningún secreto y con penitencia monetaria, salvo para aquellos que lo defraudado lo hayan dedicado a engrosar la libreta de Bárcenas, o la de Rajoy, que para el caso es lo mismo. Aznar, que era bastante más listo que Rajoy, nunca se desprendía de su libreta, la llevaba a todas partes consigo, pegada a si mismo, tal y como hacía el cura de Villalpando con su misal o Heinrich Himmler con su cápsula de cianuro.

Nada más estallar la crisis financiera, los banqueros londinenses se dejaron en casa el bombín, el paraguas y el traje. Iban a trabajar en vaqueros para evitar que se les identificase por la calle y se les pusiera a caldo. Si esto sigue así, lo de Hacienda digo, los funcionarios de ese Ministerio no tendrán más remedio que dejarse coleta si quieren evitar ser reconocidos y convertirse en el blanco de todas las iras cuando se metan en el metro o en el autobús. 

Imagino la alegría y el gozo que inundarán hoy el domicilio de los Urdangarines. Teniendo en cuenta que el Instituto Noos era una sociedad sin ánimo de lucro, tal y como Hacienda ha actuado con el PP habrá de hacerlo con ellos y se van a ahorrar un pasta en impuestos, lo mismo Hacienda ahora les devuelve dinero, al igual que hizo con Bárcenas. 

Mi amigo Joaquin, jubilado al que Hacienda le quita mensualmente 78 euros de su exigua pensión, y que tiene que pagarse de su bolsillo las jeringuillas de la insulina, me dice que esto, lo del PP y Hacienda, parece de cachondeo, y en tono muy serio y en voz alta repite sin cesar que el hecho cierto de que le roben le fastidia menos que el que le tomen por tonto. Normal si tenemos en cuenta que, como a todos, el Estado le lleva sacando la pasta del bolsillo desde que cobro su primer sueldo como aprendiz en un taller mecánico. Ya está acostumbrado a que le roben. Se encuentra, nos encontramos, en el mismo estado que el viejo bibliotecario de "Cadena Perpetua", le han institucionalizado.  Yo le he dicho que difícil va a ser que no le sigan robando, pero que eso de que le tomen por tonto tiene remedio, que simplemente tiene que negar el voto a quienes sabe que lo hacen...cuestión de saber elegir. Joaquin me ha respondido que no sabe aún a quien votará, pero que si sabe, con total seguridad,  a quien no.


Benito Sacaluga


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