9 de agosto de 2014

LA OTRA HERENCIA DE PUJOL




Dice Jordi Pujol que los asuntos no deben ser analizados ni juzgados por los medios, que los encargados de ello son los jueces y la Agencia Tributaria. Lo dice después de haber efectuado una declaración pública en la que se auto inculpa de al menos un delito fiscal. No entiendo nada...bueno algo si.

Desde mi primitivo modo de ver las cosas entiendo que lo que debería haber hecho Pujol es haber pedido cita previa con un inspector de hacienda y poner en su conocimiento la existencia de la "herencia" al mismo tiempo que voluntariamente asumir la fiscalidad de la misma a pesar de que el asunto, la omisión de la declaración, ya ha "caducado" a efectos fiscales. Pujol declara, aporta documentación, Hacienda liquida, Pujol paga y asunto finiquitado desde el punto de vista fiscal si de lo que estamos hablando es de una herencia. En relación con el dinero oculto al fisco y su posible blanqueo, pues más de lo mismo, liquidación, multa y a pagar, eso lo primero, luego que la fiscalía decida que delito imputar al que cometió el delito y a sus cómplices.  Todo lo demás, el affaire político y sus repercusiones, al ciudadano de a pie tanto de Mataró como de Jaraiz de la Vera más bien le importa muy poco.

Si Pujol en lugar de pertenecer a la "casta política" fuera un fabricante de embutidos (que aunque parezca lo mismo no lo es) nunca se le habría ocurrido politizar sus delitos, que es lo que está haciendo el por tantos años considerado como muy honorable persona. Ya lo hizo con el asunto de Banca Catalana y le salió a las mil maravillas, tan bien le salió que después de haber dejado un agujero de 300.000 millones de pesetas la Audiencia de Barcelona archivó el caso pese a la férrea oposición de los fiscales, archivo que le permitió seguir a lo suyo al mismo tiempo que nos endosaba a los españoles la asunción del agujero.

Ahora, en estos momentos Pujol deambula por sus numerosas y arboladas propiedades, pasea, visita a amigos y nos dice que ya hablaremos en septiembre, que "ahora no toca", que está de vacaciones. Nos lo dice mientras se pasea por el pirineo catalán  tal y como lo hacia Al Pacino por la campiña siciliana camino de la iglesia de Corleone, guardaespaldas incluidos. Los medios nos inundan de información relativa a sus hijos, sus negocios, sus coches y sus patrimonios, todo el clan familiar está siendo salpicado, pero sorprendentemente ningún miembro de CiU, presente o pasado, ningún político ha sido vinculado a las maniobras de "presunto" enriquecimiento ilícito de Pujol and Family conseguido a base de prácticas corruptas mantenidas a lo largo de demasiados años, y ello a pesar de que la despechada novia de Jordi Jr. no está diciendo a todos que en CiU lo sabían porque ella misma se lo había contado. También se lo contó a la pintoresca Alicia Sánchez Camacho mientras comían juntas con una grabadora oculta en un jarrón. Una cutre maniobra por la que el Parlament acordó la reprobación de la diputada del PP por negarse a comparecer en la cámara para explicar su vinculación con el caso de espionaje de la empresa Método 3 en el que fue protagonista. La reprobación se aprobó a propuesta de Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida. Todos los grupos votaron a favor, excepto el PP, que se opuso y el PSC, que se abstuvo, ya saben PP-PSOE.

Lo que está claro es que Pujol no va a soltar ni un euro como no sea a la fuerza, y más claro aún que a la cárcel no irá ni a la fuerza. Dirá que ya tuvo bastante con los dos años y medio que se pasó entre rejas por protestar contra la dictadura allá por los años 60.. Al fin y al cabo se trata de negocios de familia y según el ministro de Justicia, el inefable Gallardón, los asuntos de familia se resuelven en casa y hoy por hoy Pujol conserva intacta su capacidad de indignarse con sus socios del Partido Popular. Asuntos de familia si, pero no solo de la que está constituida por el árbol genealógico de Pujol, sino también por la otra, por la familia política y no me refiero a sus suegros. La gran familia política catalana, esa que en los noventa convirtió Cataluña en una especie de club privado en el que la transparencia brillaba por su ausencia, andará hoy dándole caña al destructor de documentos y revisando la lista de posibles testigos vivos y testaferros descontentos. El teléfono del despacho de Roca Junyent estará colapsado.

La esposa de Pujol, sin duda, nos sorprenderá a todos alegando que ella ni sabía ni sabe nada de los negocios de su marido, que lo suyo es la floricultura y sus nietos. Que si algo firmó lo hizo por amor y sin leerlo. Ante estos argumentos la justicia la considerará totalmente inocente aunque la obliguen a darse un par de vueltas por el juzgado, la audiencia o vaya usted a saber por donde.

Pujol es de esas personas que piensan antes de hablar y que además si habla es para conseguir algo. Su coalición política esperaba agazapada en sus escaños del Congreso para saltar sobre Felipe González o Aznar si estos le necesitaban para algo. Nunca regalaron nada, nunca actuaron por coherencia política, al menos exclusivamente, siempre había dinero de por medio para Cataluña, es decir para el gobierno de Pujol. Ahora el insaciable expresident intentará cobrar esa herencia no testada que se ganó manteniendo tanto tiempo en el poder al PSOE y al PP. Una herencia que reclamará, ya lo habrá hecho, para él y para sus herederos sin reparar a quien pedir cuentas por los favores prestados y las camas compartidas.

Benito Sacaluga


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