14 de mayo de 2014

ELECCIONES EUROPEAS O REFERÉNDUM NACIONAL





El 25 de mayo se celebran elecciones en toda la Unión Europea para según dicen elegir a aquellos que representaran a cada país miembro en el Parlamento Europeo. En el resto de países no se como se lo están montando los candidatos y candidatas pero en España lejos de ofrecer argumentos válidos para decidir a quien votar la campaña electoral se ha convertido en un referéndum de andar por casa destinado a valorar la acción del Gobierno y a reforzar el nocivo bipartidismo. 

En las elecciones nacionales los ganadores están llamados a formar gobierno, en las europeas el partido domestico que las gane dependerá de los resultados de los demás países para hacerse con el control, el partido que gane en España no tiene la certeza de que dicha victoria le vaya a servir para mucho en Bruselas o incluso puede que no les sirva para nada, todo dependerá del global de los resultados de los países miembros. A ellos, a los partidos eso de momento les da igual, tan igual como no saber explicar que es lo que piensan hacer en Europa en el improbable caso de que les dejen hacer algo. Todos se empeñan en convencernos de lo importante y decisivo que es para todos el Parlamento Europeo pero sin embargo colocan en sus listas todo el material de desecho de que disponen, leer las listas del PP y del PSOE es un violento empujón hacia la abstención, si piensan votar no las lean, voten a las siglas que al fin y al cabo es lo que venimos haciendo en España desde que un cuatro de enero de 1977 se aprobó la Ley para la Reforma Política, y así nos va.

En otros países como Inglaterra, Dinamarca o Suecia, por poner tres ejemplos, las cifras que arroje la abstención serán el barómetro de la aceptación de la Unión Europea por parte de sus habitantes y sus gobernantes puede que hasta reconsideren la conveniencia de pertenecer a ese desigual club. En España, que para eso es diferente, los resultados se interpretaran en clave interna, serán el espaldarazo a las políticas del Partido Popular o por el contrario el castigo a su servilismo, corrupción, incompetencia y falta de consideración hacia la población española, un pueblo al que tiene sumido en una espiral de pobreza galopante y al que día a día recorta libertades. Los índices de abstención serán considerados como crónicos o como un castigo a Europa, nunca como una valoración del desprecio que los españoles sienten por la clase política española, aunque ellos, nuestros políticos, sepan que es así.

Por otro lado PP y PSOE hoy más que nunca van juntos, el temor que les produce la existencia de partidos emergentes o el ascenso de Izquierda Unida y UPyD, refuerza su miedo a perder la hasta hoy inexpugnable alternancia en el poder, una alternancia que para ellos está por encima de todo, y que es mucho más fuerte y decisiva que los dogmas que pregonan, que su esencia, que sus militantes y por descontado que los españoles.

Con el PSOE en interminable proceso de descomposición, con el Partido Popular investigado seriamente por la Justicia y con el país empobrecido y sin esperanzas, creo que ya va siendo hora de renovar el armario político, de tirar a la basura esa ropa que además de rancia nos aprieta hasta ahogarnos, cambiarla por otra nueva y sobre todo cambiar de sastre. Si el PP sale favorecido en estas elecciones se creerá legitimado para efectuar nuevos recortes sociales, económicos y de derechos adquiridos. Si es el PSOE el que recupera espacio dará por buena su inexistente oposición y comenzará a engrasar la maquinaria de pactos con vistas a 2015. En cualquier caso todos menos ellos saldremos perdiendo.

Solo una cosa más, la abstención o el voto en blanco favorece a los grandes partidos y ellos en estas elecciones nunca lo interpretaran como un castigo, miraran para otro lado y recogerán el fruto para después justificar sus políticas alegando que gozan de la mayoría de los votantes aunque esa mayoría solo represente a menos del 10% de la población.

Benito Sacaluga





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