8 de mayo de 2014

EL EJERCITO TOMA POSICIONES





Parece ser que el Partido Popular está preparando una Ley para que los militares de carrera ocupen puestos en la Administración Pública. Entiendo que por “militares de carrera” se refieren a aquellos que han pasado por las Academias Militares, lugares en donde voluntariamente entraron presos de su vocación de servicio a la “patria” en su vertiente más extrema. Allí en las Academias les enseñaron el “noble arte” de la guerra, el manejo de las armas... y sobre todo a obedecer órdenes. Órdenes que de no acatarse suponen castigos severos a cargo de los Tribunales militares o directamente de sus superiores. Si algo hay en el mundo que esté en las antípodas de la defensa de los derechos humanos ese algo son los ejércitos. En España, por desgracia, lo sabemos por experiencia, nuestros ejércitos eran los encargados de que la dictadura gozase de buena salud, a cambio sus mandos compartían el poder absoluto. 

Desde mayo de 1939 y hasta 1975 solo tuvieron una ocasión de enfrentarse a un país extranjero y fue para defender territorios africanos del Sahara, lejos de hacerlo abandonaron al pueblo saharaui en manos de la dictadura marroquí. Con Franco en su lecho de muerte y un heredero que nada quería saber del problema, el pueblo saharaui pasó de estar bajo una dictadura española a estar sus territorios ocupados por las fuerzas militares marroquíes. Luego vendría la “heroica” recuperación del islote de Perejil, la criminal intervención española en la guerra de Irák, más tarde Afganistán, algunos escarceos marítimos contra piratas y poco o nada más digno de mención. Menos mal.

Si hasta ahora en España los únicos estudios que a su finalización garantizaban un puesto de trabajo eran los militares o los impartidos en los seminarios católicos, ahora y ante la ausencia de guerras a la vista se pretende aligerar la nómina del ejército en detrimento de la población civil. Hay seis millones de parados, los militares tienen todos trabajo y ahora se pretende que los que ya trabajan le quiten el puesto a los que están parados. 

Uno pensaba que un capitán de infantería estaba entrenado para conquistar posiciones enemigas, lo que nunca supuse es que también lo estuvieran para conquistar puestos de trabajo en el ámbito civil. Si lo que se pretende es adecuar la plantilla del ejercito lo justo sería hacer un ERE en lugar de recolocar los excedentes en puestos de trabajo para los que cientos de miles de españoles en paro llevan muchos años preparándose. Como no creo que los oficiales del ejercito estén dispuestos a recibir un sueldo de funcionario “raso”, me imagino que ocuparán puestos en la escala alta de la Administración cargándose así de un plumazo las aspiraciones de promoción de los funcionarios hoy existentes.

Pero claro, no olvidemos que los militares son disciplinados al máximo y por tanto el Gobierno del PP aparte de solucionar un problema de personal en las Fuerzas Armadas inicia el proceso de “militarización” de la función pública  colocando en el seno de ésta a colaboradores fieles a su concepto de Patria.

Además, si los militares quieren cambiar de aires porque su vocación castrense ha desaparecido es un problema de ellos, no nuestro, el nuestro es el hecho de que un ingeniero industrial, vocacional o no, tenga que estar lavando vajillas en Regent Street por que un soldadito español se haya cansado de su uniforme y le birle el puesto de técnico en el Ministerio de Industria gracias a lo de siempre, al dedo.

Si esto sigue así pronto volveremos a ver uniformes en los escaños del Congreso y del Senado, lo de las chaquetas blancas y las camisas azules vendrá inmediatamente después.

Benito Sacaluga.








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