23 de febrero de 2014

TIEMPO DE PACTOS







Como siempre sucede a la vista de unas elecciones, las formaciones políticas comienzan a sondear la posibilidad de pactos en aras de conseguir un mayor número de votos. Cada uno busca su compañero de viaje entre aquellos con los que sus ideas están próximas. No deja de ser una incongruencia que esto suceda cuando al mismo tiempo y desde los partidos minoritarios se pide la diversidad y, con razón, se califica al bipartidismo como una zancadilla a la democracia.

Más que de ir juntos finalmente van revueltos. Tu me respetas esta parte del programa, yo meto un poco del tuyo, tu puesto en las listas será garante de escaño.............¡ Malditas listas cerradas!. Parejas de baile que se separan cuando la música de las urnas termina o cuando los pisotones hacen imposible marcar el paso de la pactada partitura.

La sincerada declaración de independencia que las nuevas formaciones esgrimen como virtud en su presentación a la sociedad queda en solo palabras en el mismo momento en que el pacto se firma. Política al fin y al cabo, una vez más. Reparto o perdida estratégicos de la independencia con fines electorales. Pérdida de la frescura política por parte de las nuevas formaciones, una frescura no ya necesaria y deseada por muchos ciudadanos, sino también imprescindible para la regeneración democrática. Ilusiones una vez más a la basura.

El próximo lunes IU y PODEMOS se sientan a negociar y yo me pregunto el qué. Sus ofertas y fines son idénticos sobre el papel y desde el micrófono: Impulsar un proceso constituyente para recuperar la soberanía popular, controlar ferreamente o incluso nacionalizar la banca privada, acabar con la austeridad y los recortes sociales, auditar la deuda española y diseccionar la misma entre legitima e ilegitima, un nuevo sistema fiscal, revalorización de los salarios y las condiciones de trabajo y despidos, laicidad efectiva del estado, acabar con los desahucios, potenciar la construcción de vivienda pública y ayudas para acceso a la vivienda, desarrollo óptimo de la ley de dependencia, reorganización del poder judicial, impedir las privatizaciones de los servicios públicos, eliminar las actuales iniciativas populares sobre el aborto, suspender las intervenciones militares españolas en otros países, modificar las leyes sobre inmigración, etc... solo PODEMOS anticipa una variante: la celebración de unas primarias de verdad.. Ésta, me temo que junto con el consabido reparto, puede que sea las única linea de la negociación. PODEMOS quiere inventar lo que ya está inventado e IU esgrime la patente sin desaprovechar el dejarse ayudar por el tirón mediático de su posible socio.

Incluir en los programas electorales como propósito irrenunciable el restablecimiento de la República en España ahora no toca, sigue sin tocar, aún más allá de no tocar la izquierda española lo considera una palabra tabú, peligrosa para la suma de votos. Ya habrá tiempo dicen, aunque realmente no lo piensen, o ya habrá tiempo piensan aunque realmente no lo digan. Puede que en sus anticipos programáticos nos intenten mostrar el horizonte republicano pero lo hacen muy veladamente y eso no es bastante, muchos ciudadanos no captan el confuso mensaje. En estas andamos. Tampoco se escucha nada potente relacionado con la derogación de la Ley de Amnistía, paso imprescindible para que podamos mirar cara a cara a la justicia sin que muchos nos sintamos despreciados por ella.

Con la excepción de ERC, solo pequeñas agrupaciones alzan la voz republicana, organizaciones en las que, huérfanas de medios y de apoyos, sus propósitos son de muy difícil logro. Su diseminación y falta de conexión acentúan su escaso potencial de convocatoria y exposición de sus fines. Eso dicen. Los partidos políticos que deberían ser el altavoz y medio de las ideas republicanas, no sin cierta vergüenza, miran para otro lado, para su lado.  Por otra parte los ciudadanos, desde su hastío político, se muestran reacios a cambios de calado, más aún si estos se proponen por formaciones que desde  1975 se han plegado interesadamente y en demasiadas ocasiones a las exigencias del actual sistema.

A la esperanza de PODEMOS se unen nuevas formaciones que encuentran en las elecciones europeas una posibilidad de establecerse con representación en el panorama político, para desde ahí acometer con posibilidades nuevas convocatorias autonómicas o nacionales. Organizaciones como VOX y RED ( Juez Silva). RED hasta nos habla de un proceso constitucional, todas tratan de encontrar un hueco aprovechando el desastre económico, social y político que vive España. En el caso de que lo consigan ¿seguirán en solitario su camino?. Solo si los resultados son excelentes o así se prevé que sea podrán hacerlo y aún así negociaran con otras formaciones desde la excelencia de sus cartas.

En 1977 fueron 82 las formaciones políticas que se presentaron a las elecciones generales, UCD con un 34,44 % de los votos y PSOE con un 29,32 % desbancaron de forma contundente a los 80 partidos restantes y esto sucedió en gran parte gracias a la dispersión de votos entre formaciones sin posibilidad de obtener escaño. El PCE se hizo con un 9,33% de los votos, poco ha avanzado desde entonces, AP solo consiguió un 8,21 % de los votos en 1977 y hoy en 2011 disfruta de su segunda mayoría absoluta gracias a la desaparición de la UCD y partidos derivados posteriores. Realmente poco a nada ha cambiado políticamente España en 37 años. ¿Porqué? Quizás la respuesta sea la unidad de la derecha, su permanente "Alianza", y la falta de cohesión de la izquierda.

Benito Sacaluga









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